miércoles, 20 de febrero de 2013

En transición

Y hoy estoy aquí de nuevo sobre el teclado blanco tratando de dejar plasmado la carga de emociones que sobre mí se aparecen cada vez que llego a casa. 

Me siento en transición, estoy tratando de escribir mejor y hacer menos drama, quiero sonreír y dejar de cargar con este peso que llevo conmigo desde hace años. 

Soy intensa, lo sé, me cuesta trabajo desapegarme de eso, también lo sé, pero debo confesar que tengo mis sentidos a flor de piel y de lo más encendidos que nunca, que hoy perfectamente podría enamorarme y perder la razón. 

Este dolor en pecho, ese tronido del esternón suele recordarme que estoy viva, que la dosis de medicamento es insuficiente, que necesito descansar, que necesito poner un alto, pero es un alto que no me da la gana, porque a veces pienso que es mejor acompañada que sola. 

Al día de hoy, que recibido abrazo, varios abrazos de esos que no sabes cómo agradecer ni cómo explicar. Es una situación inconcebible de paz y tranquilidad que nos pone en una situación vulnerable. 

Hoy me siento, feliz, verdaderamente feliz de poder seguir, de poder estar rodeada de gente que me demuestra que me quiere, que quiere estar junto a mi y que todos los días me manda un mensaje para saber si estoy bien. 

Transición a menos drama, por fin llegó el momento de dejar de hablar del enemigo intruso, llegó el momento de dejar que sea un asunto archivado dentro de un montón de asuntos pendientes por resolver. 

Hoy le digo a la EA, ya tuviste tus tiempo, ya te los dediqué ahora sólo acompáñame, sígueme si quieres pero no para hacerme caer. Hoy identifico que soy un abanico de oportunidades pero no por ello dejaré de ser yo quien tome las decisiones, por muy confusas que éstas sea y por muy divertidos los cuentos que pueden llegar a ser.