miércoles, 18 de abril de 2012

“Yo y mis milagros, tu y tus alas”



Escribamos un poco de espiritualidad

A mis 32 años, algo que no conozco me envía señales que aún no acabo de entender. Sin embargo, creo que la señal más grande fue sentirme vulnerable cuando en 2009 empiezo a sufrir tanto dolor físico que me obliga a replantear mi vida. Se inicia un camino en la búsqueda de explicaciones hacia sucesos no planeados y fuera de control ante mis manos. Se inicia un proceso que me obliga a pedir ayuda, a buscar apoyo, a buscar cualquier argumento que me permita responder a tantas preguntas como si fuera un examen.
Con el paso del tiempo, se van a apareciendo por mi camino, las alternativas de solución que yo no pedí, empiezan a aparecer personas que me conducen hacia un estado de bienestar inimaginable, y justo sucede cuando me sentía tremendamente sola. Recuerdo que en esos tiempos y aún con el dolor, solía decir con soberbia que sola había conseguido todo lo que necesitaba y todo lo que fuera necesario para armar una red de apoyo. Pensaba ilusamente que no necesitaba a nadie.
En los momentos más duros, el coraje y quizá también la soberbia, me obligaban a levantarme, cuando esto ocurría y podía lograr, se despuntaba en mí un sentimiento de rabia y frustración que me indicaban que el tiempo iba muy deprisa y que no me iba a permitir llegar hasta donde quería.  Lo más curioso, es que no sabía a donde ir.
En las últimas semanas, han ocurrido sucesos extraordinarios que yo no he provocado intencionalmente. Debo reconocer que me he dedicado a dudar, a cuestionar, a indagar, pero por más que lo intento, los hechos se encargan de demostrarme que soy vulnerable a las fuerzas de un ser que sigo sin conocer y que a mi paso por la vida ha habido personas que han sido influenciadas por mi.
Hace un día, mi terapeuta me dijo: ¿qué pasa que ahora percibes que estas influenciando tanto en las personas?, yo contesté: Es algo que aún no puedo entender. Quiero y deseo estar influenciando de forma positiva, sin embargo, siento una enorme responsabilidad. ¿Será que siempre ha sido así, o me estoy permitiendo el poder percibirlo?...aún no tengo la respuesta. Las amistades que tengo a mi alrededor son cada vez más fuertes, mi vida ahora, esta siendo construida ahora a partir de mucho cariño, respeto y admiración, siento a las personas a mi alrededor que son bastante sinceras y honestar cuando me dicen que me quieren o cuando desean estar  a mi lado.
Es una ironía, pero a pesar de todo me siento sola. No obstante, frases como la que sigue, me dice: sólo es cuestión de tiempo.
“En tanto años de Cristiana, nunca había compartido tanto de mi fe con alguien ajeno a mis creencias…siempre procuraba mantener alejados de eso a quienes no querían adentrarse por sí mismos, pero contigo, sentí una necesidad de compartirlo y para mí ha sido una satisfacción enorme haberlo hecho”.  Aguilera A. 2012
“Dios no se queda con nada”

No hay comentarios:

Publicar un comentario