lunes, 4 de febrero de 2013

En estas fechas...

La escena:

Era lunes, un día inhábil, un día de esos para pasarlos en familia o con amigos. Había partido de futbol, los boletos ya se había comprado con anticipación. La pareja, un hombre y una mujer en casa haciendo planes para salir, pero se viene una racha, tal como un tsunami que no avisa y que no entiendes el porqué. 

Ella con dolor físico y con ganas de quedarse en casa, no obstante, el ketorolaco aminora el dolor; él con ánimo de fiesta pero sin ánimo de cooperación. Ella un pantalón de mezclilla y una blusa sencilla, él también pantalón de mezclilla con la camisa de futbol del "Brasil" que ella le regaló en un cumpleaños. 

Un auto nuevo (apenas tres semanas), el premio de consolación ante los pocos ánimos. La pareja discute sobre el destino del auto absurdo, la falta de disposición y lo otra vez lo absurdo de una discusión. Él accede con molestia, el silencio turba, la falta de cinturón de seguridad no se contempla, avanzan y ....auto completamente destrozado, dos personas más involucradas, el silencio se perturbó por un poste de teléfonos sobre el auto, las bolsas de aire en el rostro y el humo con olor a quemado sólo exponen un "qué necesidad".

Ella, fuerte como siempre, agradece los 30mg de ketorolaco sublinguales que disfrazaron nuevamente el percance, la excesiva tranquilidad que priva sobre ella, capaz de tomar decisiones y preocuparse por su salud en una toma de decisiones imparables y tan aprisa por resolver el conflicto. 

Ella al hospital y él a los separos, a pagar la culpa y a otorgarle un perdón por la imprudencia, por la necedad y por la intransigencia. 

Pasan los años y eso no se olvida, el auto rojo sigue vivo, pero el amor...ese se esfumó y desapareció el día en que escenas como esta se repitieron más de una vez, los platos se rompieron, los teléfonos se cortaron, las puertas retumbaron, la calma se perdió, los motores estallaron, la paciencia se agotó y la culpa desapareció. 




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